La
contaminación del aire
¿Qué gases son los
causantes del efecto invernadero?
La niebla tóxica
que flota por encima de las ciudades es la forma de contaminación del aire más
común y evidente. No obstante, existen diferentes tipos de contaminación,
visibles e invisibles, que contribuyen al calentamiento global. Por lo general,
se considera contaminación del aire a cualquier sustancia, introducida en la
atmósfera por las personas, que tenga un efecto perjudicial sobre los seres
vivos y el medio ambiente.
El dióxido de
carbono, un gas de efecto invernadero, es el contaminante que está causando en
mayor medida el calentamiento de la Tierra. Si bien todos los seres vivos
emiten dióxido de carbono al respirar, éste se considera por lo general
contaminante cuando se asocia con coches, aviones, centrales eléctricas y otras
actividades humanas que requieren el uso de combustibles fósiles como la
gasolina y el gas natural. Durante los últimos 150 años, estas actividades han
enviado a la atmósfera una cantidad de dióxido de carbono suficiente para
aumentar los niveles de éste por encima de donde habían estado durante cientos
de miles de años.
Existen otros
gases de efecto invernadero, como el metano (que proviene de fuentes como
ciénagas y gases emitidos por el Ganado) y los clorofluorocarbonos (CFCs), que
se utilizaban para refrigerantes y propelentes de los aerosoles hasta que se
prohibieron por su efecto perjudicial sobre la capa de ozono de la Tierra.
Otros
contaminantes relacionados con el cambio climático son el dióxido de azufre,
uno de los componentes de la niebla tóxica. Una de las características
principales del dióxido de azufre y de otros productos químicos íntimamente
relacionados es que son los causantes de la lluvia ácida. Sin embargo, también
reflejan la luz cuando son liberados en la atmósfera, lo que mantiene la luz
solar fuera y hace que la Tierra se enfríe. Las erupciones volcánicas pueden
arrojar cantidades enormes de dióxido de azufre a la atmósfera, lo que en
ocasiones provoca un enfriamiento que dura varios años. De hecho, antes los
volcanes eran la fuente principal de dióxido de azufre; hoy en día, han sido
sustituidos por los seres humanos.
Los países
industrializados han tomado medidas para reducir los niveles de dióxido de
azufre, niebla tóxica y humo para mejorar la salud de sus habitantes. Sin
embargo, uno de los resultados, no previsto hasta hace poco, es que unos
niveles de dióxido de azufre más bajos podrían, de hecho, empeorar el
calentamiento global. Del mismo modo que el dióxido de azufre de los volcanes
puede enfriar el planeta al bloquear el paso de la luz del sol, la reducción de
la cantidad de este compuesto presente en la atmósfera hace que pase más luz
solar, lo que calienta la Tierra. Este efecto se magnifica cuando cantidades
altas en la atmósfera de otros gases invernadero hacen que se retenga el calor
adicional.
La mayor parte de
la gente está de acuerdo en que, para luchar contra el calentamiento global, se
deben tomar una serie de medidas. A nivel individual, un menor uso de coches y
aviones, el reciclaje y la protección del medio ambiente son medidas que
reducen la huella de carbono de una persona, es decir, la cantidad de dióxido
de carbono liberada a la atmósfera debido a las acciones de cada individuo.
En un nivel más
amplio, los gobiernos están tomando medidas para limitar las emisiones de
dióxido de carbono y de otros gases de efecto invernadero. Una de ellas es el
Protocolo de Kioto, un acuerdo entre países para reducir las emisiones de dióxido
de carbono. Otro método es el de gravar las emisiones de carbono o aumentar los
impuestos de la gasolina, para que tanto la gente como las empresas tengan más
motivos para conservar la energía y contaminar menos.
Comentarios
Publicar un comentario